Todos los medicamentos sirven para curar enfermedades, pero también pueden provocar efectos adversos, es decir una reacción a un medicamento que no se esperaba o deseaba. Por este motivo, una vez que se encuentran en el mercado, los medicamentos también han de ser estrechamente vigilados para detectar cualquier problema que hubiera podido pasar desapercibido en la investigación previa.
Los médicos, farmacéuticos, enfermeros y demás profesionales sanitarios tienen la obligación de notificar toda sospecha de reacción adversa a medicamentos, y enviarla de manera urgente al correspondiente Centro Autonómico de Farmacovigilancia. Para ello, se utilizan las conocidas “tarjetas amarillas”, que son los formularios utilizados para comunicar las potenciales reacciones adversas. También es posible la notificación online a través de la página Web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Sistema Español de Farmacovigilancia).
Los ciudadanos también pueden comunicar las sospechas de reacciones adversas que detecten en sus tratamientos, bien a través de un profesional sanitario o bien directamente a través del formulario formulario on-line del Sistema Español de Farmacovigilancia . Se recomienda que los ciudadanos notifiquen a través de su médico, farmacéutico u otro profesional sanitario comunicándole los signos o síntomas presuntamente relacionados con medicamentos.
El farmacéutico, como profesional sanitario que se encuentra a pie de calle y en contacto directo con el paciente, posee un papel privilegiado en la identificación de las reacciones adversas a los medicamentos.
¿Dónde notificar?
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