El uso del calor y el frío de forma terapéutica es muy común, pero muchas veces no se aplican de la forma correcta o para la patología adecuada. Es importante saber que la aplicación de termoterapia (calor) o crioterapia (frío) no constituyen por sí solos un tratamiento, pero si son de gran ayuda como complemento terapéutico en algunas lesiones del aparato locomotor. Su gran aceptación reside principalmente en el hecho de que los pacientes se lo pueden aplicar ellos mismos en casa, sin necesidad de acudir a un centro especializado.
Es muy importante conocer bien en qué caso poner frío o poner calor y algunas recomendaciones generales para la aplicación, para ello puedes consultar a tu farmacéutico habitual y él te indicará el tratamiento que mejor se ajuste a tu problema y también cómo llevarlo a cabo.
A modo de resumen:
FRÍO:
Aplicar frío, durante no más de 15 minutos cada 2 horas, si nos hemos dado un golpe o lesionado en los últimos 3 días. Ej: Esguince, fractura, caída, …
CALOR:
Aplicar calor si tenemos un dolor crónico que no ha sido originado por un traumatismo. Ej: lumbago, contractura, …
Otros usos terapéuticos del calor y del frío:
CALOR:
• Puede usarse para ayudar a la digestión, ya que la aplicación de calor en la zona abdominal se ha visto que aumenta el peristaltismo (movimientos
del estómago) y con ello se mejora la digestión
• La aplicación de calor produce una disminución de la presión arterial debido a la vasodilatación (aumento del diámetro de los capilares), por lo que
puede ser útil en pacientes con picos de hipertensión arterial. Para ello se recomendaría una sauna o ducha caliente en lugar de aplicar calor localizado
• Se ha demostrado que la aplicación de calor local reduce el dolor también en dolores no musculares como: dolor menstrual, dolor por cólico renal, …
FRÍO:
• El frío puede utilizarse como antipirético, puesto que se ha visto que disminuye la fiebre en caso de fiebres altas producidas por causas infecciosas,
quirúrgicas o neurológicas
• El frío es ampliamente utilizado como venotónico en caso de varices, piernas cansadas, insuficiencia venosa periférica, … principalmente en la época veraniega, puesto que el frío produce vasoconstricción (disminución del diámetro de los vasos sanguíneos) y ha sido ampliamente demostrado que la vasoconstricción y la posterior vasodilatación ayudan a dinamizar la circulación en las zonas expuestas al frío
• Se ha demostrado que tomar una ducha fría al día incrementa el número de leucocitos en el organismo, activando el sistema inmune
• En el campo de la dermatología, la aplicación de frío se aplica al tratamiento de lesiones superficiales benignas, como las verrugas vulgares, las queratosis seborreicas o los léntigos actínicos
Autora: Isabel Pérez Lahera – Farmacéutica en Zaragoza