¿Qué son?
Las aftas bucales, también llamadas llagas, son úlceras situadas sobre las superficies mucosas. Lo habitual es que aparezcan a nivel de la cavidad bucal: mucosa, lengua, base de las encías, etc.
Las aftas no siempre presentan el mismo aspecto, pudiendo ser planas o en cráter, redondas u ovaladas. Suelen ser de un color blanquecino-grisáceo o amarillento, con bordes de un color rojo brillante por la inflamación ocasionada.
¿A qué se deben?
Las causas por las que nos puede aparecer un afta son muy variadas. Una de las más habituales son los traumatismos repetidos, como por ejemplo el producido por una dentadura postiza mal ajustada, aparatos de ortodoncia o alimentos de consistencia dura al masticarlos.
Sin embargo, hay muchas más causas que pueden provocarnos un afta. Por ejemplo, el estrés y los cambios emocionales, reacciones inmunes, alergias alimentarias, déficit de nutrientes (especialmente hierro, zinc, ácido fólico y vitaminas del grupo B), periodos premenstruales (debido a los cambios hormonales que tienen lugar), etc.
Por otro lado, las aftas también pueden ser un signo que alerte de otra enfermedad, así como responder al efecto secundario de un medicamento (antibióticos, AINEs, corticosteroides, chicles de nicotina,…).
Por último, hay que señalar que se ha observado una predisposición genética, de modo que hay personas con una mayor facilidad a sufrir aftas. También se ha observado que aparecen con más frecuencia en mujeres.
¿Cuándo debo acudir al médico?
Aunque las aftas no suelen ser un problema de salud grave y el farmacéutico podrá aconsejarnos sobre la mejor manera de solucionarlas, en algunas situaciones será recomendable acudir a la consulta del médico. A modo orientativo:
-Cuando el tamaño del afta es superior a 1 cm.
-En el caso de menores de 6 años o en ancianos.
– Cuando hay otros síntomas asociados al afta, como por ejemplo fiebre, diarrea, erupción cutánea, malestar general, pérdida de peso o aparición de aftas en otras zonas del cuerpo.
– Si hace más de una semana que se tiene el afta y no se observa mejoría.
– Cuando se sufren más de 6 episodios de aftas al cabo del año.
Tratamiento
El tratamiento del afta estará encaminado a aliviar el dolor, a facilitar su curación, así como a prevenir la aparición de nuevos brotes. En la farmacia dispones de muchas opciones seguras y efectivas. El farmacéutico te recomendará la que mejor se adapte a tus necesidades.
En general, se recomiendan los geles para las aftas únicas y de fácil acceso, mientras que los comprimidos y los colutorios son más adecuados cuando hay varias aftas o éstas se encuentran en lugares de difícil acceso.
Consejos de salud
Cuando nos ha aparecido un afta, es recomendable evitar el tabaco y el alcohol, así como los alimentos calientes, picantes, ácidos, salados o duros (o aquellos que nos produzcan aristas al masticar). También debemos evitar las bebidas carbonatadas y las muy calientes. Beber con una pajita puede resultar útil en algunos casos.
Por otro lado, es importante realizar una limpieza adecuada de la zona, preferiblemente con suero fisiológico o algún colutorio que nos recomiende nuestro farmacéutico.
A nivel general, es importante mantener una higiene diaria adecuada de nuestra boca porque las caries favorecen la aparición de aftas (la visita periódica a nuestro dentista es muy importante), mantener una dieta variada para evitar déficit de nutrientes (especialmente de vitaminas), así como evitar las situaciones de estrés.
Autor: Daniel de María – Farmacéutico en Tabuenca (Zaragoza)