5 BIFAR ✍ Raquel García Fuentes Editorial Presidenta del COF de Zaragoza Yo me vacuno ¿y tú? Con la llegada del otoño, empieza una de las campañas más importantes del año para nosotros, los farmacéuticos: la vacunación contra la gripe. Como profesionales sanitarios cercanos y accesibles, nuestra labor se vuelve aún más visible durante esta temporada, ya que somos un pilar fundamental en la prevención de enfermedades. El otoño trae consigo no solo lluvias y descensos de temperatura, sino también los primeros catarros y, sobre todo, los primeros casos de gripe. Si bien no podemos controlar el clima, sí podemos prevenir la gripe, y es ahí donde el consejo farmacéutico se convierte en nuestra mejor herramienta. Informar y asesorar sobre la vacunación es clave para proteger a los pacientes, especialmente a los más vulnerables, de complicaciones graves. A veces olvidamos lo seria que puede ser la gripe. Aunque suele ser vista como una enfermedad común y poco preocupante, sus complicaciones pueden ser mortales, especialmente para los grupos de riesgo como ancianos, niños y personas con enfermedades crónicas. ¿Cómo no recomendar la vacunación a quienes más lo necesitan? ¿Y qué mejor ejemplo podemos dar que vacunarnos nosotros mismos? Como profesionales sanitarios que estamos en contacto directo con pacientes, también formamos parte de ese grupo de riesgo. Nuestro compromiso con la salud pública no solo implica aconsejar, sino también liderar con el ejemplo. Desde nuestras farmacias y como profesionales sanitarios, tenemos la oportunidad de promover la salud de manera activa: desmentir bulos, aclarar mitos y ofrecer información basada en la ciencia sobre los beneficios de la vacunación. La vacuna de la gripe es una herramienta segura, eficaz y accesible que puede salvar vidas y evitar complicaciones. Además, hoy en día, vacunar a los más pequeños de la casa es más sencillo que nunca. Para los mayores de 24 meses, contamos con la opción de la vacuna nasal, evitando el temido pinchazo. De este modo ahorramos un mal rato tanto para los padres como para los niños. No podemos olvidar que muchas veces son transmisores silenciosos (o no tanto…) de muchas enfermedades, y que sin quererlo pueden poner en riesgo a sus abuelos o personas vulnerables de su entorno. Sin olvidar el impacto económico y emocional que puede tener la enfermedad en las familias. ¿Cómo no utilizar una herramienta que tenemos disponible, de forma gratuita, fácil y cómoda (un pequeño pinchazo en el peor de los casos) y que nos puede hacer pasar una temporada más sin gripe? Yo me vacuno. ¿y tú? ■ ¿Y qué mejor ejemplo podemos dar que vacunarnos nosotros mismos? (…) Nuestro compromiso con la salud pública no solo implica aconsejar, sino también liderar con el ejemplo
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