BIFAR 137 - alta resolución

COF Teruel [7] “Muchos compañeros han pasado miedo, y no por enfermar, sino porque si lo hacían tendrían que cerrar sus farmacias y la población quedaría desatendida” H emos estado en una situación sanitaria excepcional y los farmacéuticos hemos realizadouna excelente labor actuando con lamáxima responsabilidad como profesionales sanitarios, poniendo de manifiesto nuestro compromiso con la salud de la población y nuestra vocación de servicio público. Lo hemos hecho desde la primera línea de la oficina de farmacia, pero también desde otros niveles asistenciales como distribución, industria, farmacia hospitalaria, laboratorio, atención primaria, o salud pública, y también, un merecido reconocimiento para todos los farmacéuticos adjuntos y técnicos que han dado el servicio con responsabilidad y profesionalidad. Pero es de ley reconocer también las dificultades por las que ha pasado la farma- cia, nuestra labor y servicio no han estado exentos de dificultades y desde el primer momento las encontramos. Somos el profesional sanitario más cercano al ciudada- no y desde esta primera línea hemos vivido muchas situaciones de riesgo. Cada día hemos atendido a muchas personas que no sabíamos si estaban contagiadas y que acuden en primer lugar a la farmacia cuando presentan síntomas, que vienen a por la medicación mientras esperan el resultado de la PCR que confirme su positivo, per- sonas que sabemos que tienen familiares aislados en casa o que tras el alta hospi- talaria acuden a la farmacia a por su medicación. Muchos compañeros han pasado miedo, y no por enfermar, sino porque si lo hacían tendrían que cerrar sus farmacias y la población quedaría desatendida, en muchas de ellas el farmacéutico es el único trabajador de la farmacia y en su población el único sanitario presente durante toda la alarma sanitaria, ejerciendo además una labor social y de educación sanitaria fun- damental. Como a todos los profesionales sanitarios, deberían dotarnos de material y equipamiento para poder seguir desarrollando nuestra actividad con las máximas garantías, pero no ha sido asi, hemos tenido que buscar nuestra protección, la de nuestro personal y la de nuestros pacientes por nuestra cuenta y a nuestra costa. Desde el primer momento seguimos las instrucciones de protección dictadas por las autoridades sanitarias (distancia de seguridad, acceso limitado de personas a la far- macia, lavado de manos, desinfección…), pero además hemos ido adoptando otras medidas a nivel individual como instalación de mamparas, pantallas personales, mas- carillas, en la medida que ha sido posible conseguirlos porque esta ha sido otra de las grandes dificultades con la que nos hemos encontrado desde el primer momento, la falta de material de protección y productos sanitarios tan necesarios para nuestra propia protección y para satisfacer la demanda de nuestros pacientes. Al no poder conseguirlo por los canales habituales de la farmacia, se ha tenido que acudir a pro- veedores cuyos precios se desorbitaron y que han dañado en algún momento nuestra imagen ante la opinión pública por precios abusivos. La situación ya delicada de muchas farmacias, sobre todo en el medo rural, se ha visto agravada durante esta crisis por diversas causas: La inversión en protección para dar el servicio a los pacientes evitando el riesgo de contagios. La regulación de precios de mascarillas que se habían adquirido a precio mayor al de venta y que ha supuesto una pérdida que se ha tenido que asumir. La falta de movilidad durante el confinamiento y desescalada restando afluencia a localidades donde los ciudadanos acuden a hacer turismo rural, pasar las vacaciones o visitar a la familia y que no han podido acudir a pasar la Semana Santa o los puentes de mayo y de San Jorge, suponiendo también una merma de ingresos. Por supuesto, estamos expuestos a retrasos o impagos de la facturación de medica- mentos dispensados por falta de presupuesto o liquidez de la Comunidad Autónoma tras la crisis sanitaria por COVID-19. Riesgo evidente en la prestación de nuestro servicio asistencial, falta de protección por parte de las autoridades, dificultad de conseguir material y productos sanitarios para nuestra propia protección y para nuestros pacientes, repercusión económica de la crisis sanitaria en nuestras farmacias, pero quizás la dificultad que más ha dolido al colectivo ha sido la falta de reconocimiento como profesionales sanitarios y en lo que hemos tenido que invertir gran parte de nuestras fuerzas. Declaraciones como las de cierta persona de cuyo nombre no quiero ni acordarme causaron la indignación de los farmaceuticos, pero nosotros somos farmacéuticos, somos asistenciales y somos sociales, incluso en los peores momentos hemos estado al lado de los pacientes para todo lo que nos han necesitado con una cruz de la farmacia que no se ha apagado ni se apagará mientras un solo ciudadano nos necesite. Estaremos siempre para lo que necesiten hoy y lo que venga mañana. n Dificultades María José Villafranca Presidenta del COF de Teruel

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